lunes, 23 de abril de 2012

domingo, 15 de abril de 2012

EL VALOR DE LAS PALABRAS.


Cuenta la historia que en cierta ocasión, un sabio maestro se dirigía a su atento auditorio dando valiosas lecciones sobre el poder sagrado de la palabra, y el influjo que ella ejerce en nuestra vida y la de los demás.

- "Lo que usted dice no tiene ningún valor"- lo interpelo un señor que se encontraba en el auditorio.

El maestro le escucho con mucha atención y tan pronto termino la frase, le grito con fuerza:

- "¡¡Cállate y siéntate!!".

Ante el asombro de la gente, el aludido se lleno de furia, soltó varias imprecaciones y, cuando estaba fuera de sí, el maestro alzo la voz y le dijo:

- "Perdone caballero, le he ofendido y le pido perdón; acepte mis sinceras excusas y sepa que respeto su opinión, aunque estemos en desacuerdo".

El señor se calmo y le dijo al maestro:

- "Le entiendo, y también pido disculpas y acepto que la diferencia de opiniones no debe servir para pelear, sino para mirar otras opciones".

El maestro le sonrió y le dijo:

- "Perdone usted que haya sido de esta manera, pero así hemos visto todos del modo más claro, el gran poder de las palabras, con unas pocas palabras le exalte y con otras pocas le calme".

Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huella, tienen poder e influyen positiva o negativamente. . .

Las palabras curan o hieren a una persona. Por eso mismo, los griegos decían que la palabra era divina y los filósofos elogiaban el silencio. (Puedo entender porque...)

Piensa en esto y cuida tus pensamientos, porque ellos se convierten en palabras, y cuida tus palabras, porque ellas marcan tu destino.

Medita sabiamente para saber cuándo y cómo hay que comunicarse y cuando el silencio es el mejor regalo para ti y para los que amas.

Eres sabio si sabes cuándo hablar y cuando callar.

Piensa muy bien antes de hablar, cálmate cuando estés airado o resentido, y habla solo cuando estés en paz.

Recuerda que las palabras tienen poder y que el viento nunca se las lleva.

Las palabras encierran una energía que bien puede ser positiva o negativa.

Recuerda: "Una cometa se puede recoger después de echarla a volar, pero las palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca"