domingo, 3 de noviembre de 2013
EL PAQUETE DE GALLETAS.
Aquella tarde llegó a la vieja estación le informaron que el tren en que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una hora. La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el tiempo. Buscó un banco en el andén central y se sentó preparada para la espera. Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario.
Imprevistamente, la señora observó cómo aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente. La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirándolo fijamente a los ojos. Como respuesta, el joven tomó otra
galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió. La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra, manteniendo de nuevo la mirada en el muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, la señora se dio cuenta de que en el paquete sólo quedaba la última galleta.
"- No podrá ser tan descarado", pensó mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas.
Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad. Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su compañera de banco.
"¡Gracias!" - dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad.
"De nada" - contestó el joven sonriendo suavemente mientras comía su mitad.
Entonces el tren anunció su partida...
La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio al muchacho todavía sentado en el andén y pensó:"¡Qué insolente, qué mal educado, qué será de nuestro mundo!".
Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas intacto
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Hola soy Aitana:
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo esta lectura,por que nos dice que a veces lo que pesa,os no es verdad.
Como la mujer se creía que ese paquete de galletas era suyo pues después de haberse enfadado con el hombre,después descubrió que ese no era su paquete que el que se estaba comiendo era el de el hombre se sintió avergonzada.
Hola seño soy ayla:
ResponderEliminarEste relato me a hecho recordar una vez que me enfade con una amiga porque pensaba que me habia robado el lapiz pero era que ella lo tenia igual.
creo que la señora le debia una disculpa porqe ella era que le estaba cogiendo las galletas al muchacho.
muchos besitos y abrazos.
Hola soy Carlota 5ºB
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la lectura. Porque las aparencias engañan lo se por una experencia muy divertida: Conocí a una niña muy aburrida no me hablaba ni me sonreía. También conocí a una niña que no paraba de hablarme, resumiendo era muy pesada pero al cabo de un tiempo me di cuenta de que la niña aburrida era super simpática,habladora.... Y la (pesada) JAJAJA era super tímida.
No hay que pensar mal de las personas antes de conocerlas.
Muchos besitos
Hola seño, soy Victor de 5º B
ResponderEliminarYo creo que la mujer al final se sientio muy avergonzada porque pensaba que aquel muchacho le estaba robando las galletas pero en realidad las galletas eran de el
Entonces la mujer se fue muy enfadada pero lo que paso al final es que la mujer cuando subio al tren se dio cuenta de que el hombre cogio su paquete y ella pensaba que el hombre le habia robado las galletas a sin que la mujer se sintio muy avergonzada
Besos y abrazos tu alumno de 5ºB Victor
hola soy Marta de 5ºB
ResponderEliminarEste texto me ha hecho pensar que antes de decir las cosas hay que pensar lo que decimos o hacemos.A mi la señora me ha parecido un poco borde y el hombre amable porque el muchacho sabía que eran suyas y sonreía y la mujer al reves.Este texto me ha dicho que la apariencia engaña.
Un beso a todos
Hola seño soy maría:
ResponderEliminaresta historia me ha hecho comprender que las apariencias engañan , porque la mujer pensaba que el joven le había robado las galletas.Yo me acuerdo que pensaba que una niña me había robado las tijeras pero luego era mentira me las deje en mi casa
un beso y abrazo para toda la clase
Hola soy Álvaro:
ResponderEliminarEsta historia me ha hecho pensar que a veces las personas pensamos cosas que en realidad no son.
Muchos abrazos
Hola soy manuel :
ResponderEliminarEl pobre del muchacho no habia echo nada se comia sus galleta
y la mujer tenio verguenza por que no eran sus galletas.
Un abrazo.
Hola seño soy Aroha:
ResponderEliminarEste relato me a hecho recordar que una vez me enfadé con una amiga porque estábamos en una academia y yo pensaba que me había robado mi bolsa, y es que no me había dado cuenta de que había metido mi bolsa en la mochila y que ella tenía una igual,al final la encontré y le pedí disculpas.
Las apariencias engañan porque esa señora pensaba que era su paquete de galletas y que el muchacho le estaba robando sus galletas y al final se montó en el vagón vio que tenía su bolsa de galletas intacta
Hola seño soy Lucas 5*B:
ResponderEliminarEste texto me ha hecho pensar que aunque el hombre sabía que ese paquete de galletas era el suyo le dio galletas a la mujer por eso a veces aunque tu sepas que la otra persona se equivoca,no por eso tienes que cerrarte.
Un abrazo a todos.
Hola seño.
ResponderEliminarEsta lectura me ha hecho recordar que aunque estemos enfadados no hay que pelearnos ni insultarnos porque a veces las apariencias engañan.
Un abrazo.
Antonio
Hola soy Ivan de 5ºB:
ResponderEliminarEsta historia me ha encantado porque la mujer se creía que las galletas que se comía eran suyas. Y al final eran del muchacho, entonces creo que la mujer tendría que darle su paquete de galletas al muchacho.Pero como no podía porque el tren suyo se fue, aprendió que no hay que hacer juicios precipitados de nadie.
Un saludo a toda mi clase.
Hola soy Pedro de 5º B:
ResponderEliminarEsta historia me ha gustado mucho y me ha hecho recordar a la anterior de los dos lobos. Y el muchacho estaba alimentando su lado bueno y generoso.
Un abrazo a todos.
Hola soy Ayelen:
ResponderEliminarQuería comentar que antes de comportarse mal con alguien hay que pensar. Porque todos nos podemos equivocar. Y nos puede pasar alguna vez algo parecido.Lo importante es no hacer juicios precipitados de nadie.
Un beso y un abrazo.
Hola soy yerko 5B
ResponderEliminarEsta lectura me hecho comprender.
Que las apariencias engañan amenudo y pienso que la mujer fue tacaña.
Un saludo seño
Hola seño soy Paula de5*B:
ResponderEliminareste texto sirve para saber que las apariencias nos engañan
Recuerdo una vez que nunca hablába con una niña porque parecia
no tener sentido del humor y no ser muy agradable pero cuando la conocí no era
como yo pensaba. En fin que hay que pensar antes de hablar o actuar de algun modo ofensivo porque los que nos podemos equivocar somos nosotros.
Hola soy Alicia de 5ºB
ResponderEliminarEste relato me ha hecho pensar de que las apariencias engañan y que no deberíamos de juzgar a los demás tan a la ligera...Esa señora se creía que era su paquete de galletas y que el muchacho le estaba robando y al final al subirse al vagón se dio cuenta que era ella la que le había estado robando.
besos y abrazos tu alumna Alicia
Hola Alicia 5ºB.
ResponderEliminarEste texto me ha hecho pensar que las apariencias engañan y que no hay que juzgar a los demás tan a la ligera. Esa señora creía que el muchacho le estaba robando cuando se subió al vagón se dio cuenta que había sido ella la que les quitó todas las galletas. Un beso y abrazo de tu alumna Alicia.
Hola soy Antonio Santos de 5°B
ResponderEliminarLa señora pensaba que el joven estaba comiendo de su paquete de galletas , pero después se dio cuenta de que tenia su paquete de galletas intacto.
Hola soy Yolanda de 5º B. Este texto me ha hecho reflexionar que no hay que hacer juicios precipitados de personas que no se conocen. Creo que el muchacho fue el amable que compartio su paquete de galletas con otra persona que no conocia . Eso es ser una persona generosa.
ResponderEliminarUn saludo a todos.
Hola soy Maria Salas.
ResponderEliminarEn mi opinión yo creo que la señora tenía que haber pensado antes de decirlo .Porque a veces lo que pensamos para nosotros puede que esté bien pero luego no está bien .Por eso siempre que vayamos a decir algo lo pensamos, porque a lo mejor a esa persona no le puede sentar bien lo que vayamos a decir.
un beso Maria Salas
Hola soy maria h de 5ºB
ResponderEliminaren mi opinion yo creo que la mujer fue muy egoista encambio el hombre fue el generoso no la mujer por eso siempre hay que pensr antes de decir
muchos abrazos y besos
Hola, soy Noelia,
ResponderEliminarNo debemos sacar conclusiones precipitadas que no son verdad. Como la señora creía que el paquete de galletas era suyo, no era verdad. Siempre tenemos que mirar primero y no decir cosas malas.
Muchos abrazos