martes, 25 de mayo de 2010

EL BURRO QUE ACARREABA SAL


Un burro cargado de sal atravesaba un río.Al resbalar se cayó al agua y como se disolvió parte de la sal, se levantó ligero. El burro se quedó contento de la caída. Más tarde ,cuando otra vez pasó por un río,cargado de esponjas, creyó que si se dejaba caer de nuevo se levantaría más ligero, entonces resbaló adrede. Y le ocurrió que al empaparse de agua las esponjas no pudo levantarse y se ahogó allí.
Así, también algunos hombres no se dan cuenta de que por sus propias argucias se ven arrastrados a la desgracia.
ESOPO.

lunes, 17 de mayo de 2010

CARTA A UN HIJO.


Si puedes estar tranquilo cuando todos a tu alrededor
han perdido la cabeza y te culpan por ello,
si puedes confiar en tí mismo cuando todos dudan de tí
y, sin embargo, no desprecias sus dudas;

si puedes esperar sin que te canse la espera,
si te injurian y no respondes a la mentira,
si te odian y no cedes al odio,
y, aun así, no pareces demasiado bueno ni hablas como un sabio;

si puedes soñar, y no hacer de los sueños tu señor,
si puedes pensar, y no hacer del pensamiento tu meta,
si puedes encontrarte con el triunfo y la derrota
y tratar de la misma manera a esos dos impostores;

si puedes soportar escuchar la verdad que has dicho
distorsionada por granujas para engañar a tontos,
o ver cómo se destruyen las cosas por las que has dado la vida,
y agacharte y reconstruirlas con herramientas viejas;

si puedes poner en un montón todos tus triunfos
y arriesgarlo todo en un cara o cruz,
y perder, y empezar de nuevo desde el principio,
y no decir una palabra sobre lo que has perdido;

si puedes forzar tu corazón, nervios y tendones
a que te sirvan cuando ya hace tiempo que se han gastado,
y resistir cuando no te queda nada
salvo la voluntad que dice:"Aguantad";

si puedes hablar con las masas y mantenerte íntegro,
o pasear con reyes sin perder el sentido común,
si no pueden herirte ni los enemigos ni los buenos amigos,
si todos cuentan contigo pero ninguno en excesos;

si puedes llenar el minuto implacable
con sesenta segundos que valgan la pena,
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y- lo que es más-¡serás un Hombre,hijo mío!

RUDYARD KIPLING.

domingo, 9 de mayo de 2010

Leyenda China.


Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca.

Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.

miércoles, 5 de mayo de 2010

martes, 4 de mayo de 2010

¿Mala suerte? ¿Buena Suerte?


Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día el caballo escapó hacia las montañas. Cuando los vecinos del anciano se acercaron para condolecerse con él y lamentar su desgracia el labrador expresó: ¿Buena suerte?, ¿Mala suerte?, ¿Quién sabe?

Una semana después el caballo volvió de las montañas trayendo una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: ¿Buena suerte?, ¿Mala suerte?, ¿Quién sabe?

Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró ésto como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir: ¿Buena suerte?, ¿Mala suerte?, ¿Quién sabe?...
Una semana mas tarde, el ejército entró en el pueblo y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del Labrador con la pierna rota, lo dejaron tranquilo. ¿Había sido Buena suerte?, ¿Mala suerte?, ¿Quién sabe?

El sabio labrador solo expresó: Todo lo que a primera vista parece un contratiempo puede ser realmente benigno. Así, pues será postura sabia que dejemos a Dios decidir lo que es buena o mala suerte, y le agradezcamos que todas las cosas se conviertan en bien.